Zeitgeist y lobbies

By abril 5, 2013diciembre 20th, 2021Comunicación

Zeitgeist significa espíritu de la época o espíritu del tiempo. Zeitgeist es un concepto germánico atribuido a Hegeldefinido coloquialmente como “el clima general intelectual, moral y cultural de una era”. El espíritu del tiempo, una especie de CIS proyectado, refleja lo que como sociedad sentimos y pensamos. Lo que nos intriga y nos apasiona. Lo que nos retuerce y, a la vez, nos inspira. Y, en definitiva, lo que nos mueve como grupo y, por tanto, nos define ante la Historia.

Seré reduccionista y víctima de lo coyuntural, como hace Google con su Zeitgeist Report, pero este espíritu de los tiempos se ha materializado, parcialmente, en la movilización descontenta de una buena parte de la sociedad. Una movilización civil (¿y cívica?), una especie de participación democrática reactiva (espontánea u organizada, no importa) que ha actuado en paralelo a los poderes estatales y ha puesto en el foco mediático y, por tanto, en el foco político muchos temas de los que hasta ahora no se hablaba en España (el orden de los factores no afecta el producto).

Nuestro espíritu del tiempo, las movilizaciones, las nuevas tecnologías y, en definitiva, los esfuerzos de unos y otros, han logrado algo que no se había conseguido antes: que los medios de comunicación hablen sobre la importancia de la transparencia. Como no podía ser de otra manera, la transparencia ha llegado a la agenda política, y, con ella, la regulación de los lobbies. Y es precisamente a este punto donde quería llegar después de un resumen muy resumido del contexto en el que nos encontramos.

Con excepción de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI), nadie, o casi nadie, hablaba y/o demandaba de manera seria que se regulara la actividad de los lobbies. De vez en cuando, salía un artículo en prensa hablando de los lobbies, unacadémico muy cráck escribía un libro sobre los grupos de presión y algunos grupos parlamentarios presentaban Proposiciones no de Ley (PNL) que no trascendían en el Congreso. Pero hablar, lo que es hablar, nadie hablaba de esta vieja profesión llamada “lobby” (sí, sí, profesión).

Sin embargo, hace poco tiempo empezó el “runrún”. Algunas universidades empezaron a ofrecer cursos, seminarios y foros sobre esta disciplina, determinadas consultoras de comunicación integraron el lobby dentro de su cartera de servicios, sin tener muy claro qué implicaba o cómo funcionaba, y las PNL presentadas en el Congreso empezaron a tener recorrido (al menos en lo que concierne al debate.

En este contexto, el 3 de agosto de 2012 se presentó en el Parlamento un Proyecto de Ley cuyo texto convencía a pocos, pero cuyo título daba pie a la esperanza. Se trataba delProyecto de Ley de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno. Con el trámite parlamentario del proyecto de ley llegaron las comparecencias y con ellas algunas buenas noticias para los lobistas profesionales, y por qué no, para el sistema:

  • [12/02/2013] Compareció la Presidenta de la Asociación de Profesionales de las Relaciones Institucionales, María Rosa Rotondo, en la que expuso tres elementos que debe incluir toda regulación del lobby: el registro, el código de conducta y el acceso a la información.
  • [21/02/2013] El Presidente Mariano Rajoy, durante el Debate del Estado de la Nación, dijo: “Creo que sería positivo incluir también la regulación parlamentaria de las organizaciones de intereses (los llamados “lobbies, con medidas que clarifiquen cuáles pueden ser sus actividades y cuáles deben ser sus límites”.
  • [28/02/2013] Se aprobó en el Pleno del Congreso de los Diputados la Resolución nº 1 sobre Regeneración democrática, que incluía entre sus medidas el estudio, en las correspondientes comisiones parlamentarias, de los siguientes aspectos: medidas oportunas a adoptar para regular las organizaciones de intereses o “lobbies”, con medidas que clarifiquen cuáles pueden ser sus actividades y cuáles deben ser sus límites.

En definitiva, el Zeitgeist, la movilización ciudadana, la influencia de los medios de comunicación, las actuaciones de lobby de unos y otros y demás esfuerzos realizados en esta misma dirección han introducido en la agenda política y parlamentaria la regularización de los lobbies que espero sirva para seguir profesionalizando al sector a la vez que se le da más transparencia a la participación política en la toma de decisiones.

Dicen que no es aconsejable “regular en caliente” porque se tiende a priorizar lo coyuntural en detrimento de lo estructural, pero la verdad es que el lobby es una profesión que existe desde hace mucho tiempo aunque hasta ahora no se había contemplado su regulación. En este sentido, la verbalización de la iniciativa del Gobierno no debe entenderse como una panacea o como un logro en sí mismo, si no como un primer acercamiento. Nada más.

Espero que con el tiempo se trabaje para definir qué es lobby y qué no lo es para que todos (lobistas, medios de comunicación, políticos, empresarios y sociedad civil) tengamos la habilidad, capacidad y ética para entender que cada uno de nosotros podemos y debemos participar en la toma de decisiones públicas de manera profesional y transparente. Hasta entonces, pensemos, recapacitemos y dialoguemos porque una buena regulación es aquella que toma en consideración los intereses de todas las partes.

Es preciso que todo cambie para que todo siga igual.

Artículo publicado el 5 de abril de 2013 en Sesión de Control, también disponible aquí.

Fotografía obtenida de Sesión de Control. Una de las búsquedas más repetidas en 2012, que muestra el estado de ánimo de la sociedad. (Google Zeitgeist)