Las cuentas de los programas electorales

By diciembre 17, 2015diciembre 20th, 2021Actualidad, Análisis

Uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados.” Milton Friedman

  • Sin una visión de 360 grados, las propuestas electorales en relación con las políticas sectoriales pueden caer en saco roto.
  • No se suele encontrar en los programas electorales una visión de conjunto, que explique en términos presupuestarios como encajan todas las piezas del puzzle.

Los partidos políticos que concurren a las elecciones generales del 20D están desgranando estos días sus programas electorales.

Con unos niveles de participación en su redacción cada vez mayores, tanto de los simpatizantes y militantes como de la sociedad civil y de expertos sectoriales y los cuadros de los respectivos partidos, se hace más ardua la tarea de encajar las distintas propuestas.

No se trata sólo de diseñar el marco general de los programas y sus ejes fundamentales, sino también de desarrollar las líneas de actuación y medidas concretas.

En este sentido, las propuestas innovadoras suelen ser bienvenidas, siempre y cuando no entren en conflicto con la línea ideológica del partido. En particular, las propuestas de los expertos sectoriales permiten enriquecer los programas con la visión práctica de aquellos que viven el día a día, al estar sujetos a la legislación y políticas públicas que afectan o directamente regulan su actividad económica.

Sin embargo, a la hora de trasladar estas propuestas, los distintos sectores de actividad deben ser capaces de argumentar el efecto general de las medidas. Sin una visión de 360 grados, esas propuestas pueden caer en saco roto o, aun siendo incluidas en los programas, no ser nunca llevadas a la práctica.

Por ello es básico explicar el impacto de las distintas propuestas explicar sus beneficios sobre el empleo, la actividad económica, o el tejido industrial.

Es a partir de aquí cuando los partidos políticos deben ser capaces de encajar las distintas propuestas a nivel económico. En este sentido, resulta complicado muchas veces encontrar en los programas electorales una visión de conjunto, que explique en términos presupuestarios cómo encajan todas las piezas del puzzle.

¿Por qué los programas electorales no incluyen un anexo presupuestario dónde encajen todas las propuestas? Siendo los presupuestos el marco general donde deben caber las distintas políticas públicas, ¿no sería necesario conocer antes de ir a votar el montante, o al menos el porcentaje del presupuesto que se quiere destinar al gasto sanitario, de educación, infraestructuras o de defensa?

Probablemente, daría mayor credibilidad a los programas electorales incluir el detalle de las distintas partidas presupuestarias, así como sus proyecciones de gasto en distintos escenarios de actividad económica, obviamente condicionados por las expectativas de ingresos en cada caso.

El diablo está en los detalles, y la justificación de cómo implementar todas las promesas electorales no siempre es posible o conveniente. Pero un ejercicio de mayor transparencia en la elaboración de los programas, mediante la inclusión de una propuesta presupuestaria detallada, sería una buena señal para los electores y daría mayor solvencia a los programas.